Que las cabezas nos salven

Buenos días amigos

Me acaba de comunicar el dire de Publicoscopia que el sábado y el domingo no se publica. Mi artículo dominical tiene que llegarles hoy antes de las 23:30.

Tendré que suspender las clases de la tarde y encerrarme. Quería escribir dos artículos, uno para el sábado y otro para el domingo. Pero lo que en la lotería genética le tocó de buho a mi cerebro, me llegó atemperado por una lentitud de tortuga. Así que tendré que resignarme a que se publique un solo artículo. ¿Por qué quería dos? Me explico

Superada la edad en que me iba a comer el mundo, estoy en una etapa que podría calificarse de  megalomaníaca en la que me he dado a creer que mis artículos pueden operar cambios profundos en las personas y, por ende, en la sociedad. ¡Criaturita de Diós! Y es que un día me creí una frase cuyo autor ahora mismo no recuerdo. Decía: «No puedes cambiar el mundo, pero escribe como si pudieras».

Total que llevo quince días dándole al tarro buscando palabras para convencer a 36 millones de votantes, más o menos, de que voten con la cabeza para que este país no se vaya a la mierda con todos dentro.

Es decir, que me he tomado muy en serio la situación catastrófica en la que vivimos por más que millones de barrigas llenas se nieguen a verlo. Que estoy convencida de que el desastre sólo puede detenerlo el voto responsable. Que el voto responsable depende, naturalmente, de la reflexión. Que nuestro futuro inmediato depende, por lo tanto, de que la gente se decida a pensar antes introducir su papeleta el domingo.

En fin, que me pongo a ello con la intención de ayudar a  pensar y de que los que piensen se pongan desde hoy hasta el domingo a inducir a vecinos, amigos y parientes a ignorar las tripas hasta el lunes y votar el domingo con la cabeza.

Que paséis un buen finde reflexionando para sentiros satisfechos de vosotros mismos, es decir, felices.

Un abrazote